
Queridos amigos,
Entiendo que el calendario marque febrero y que en vuestra tierra la idea de unas vacaciones en bicicleta se posponga hasta tiempos más cálidos. Pero aquí en Italia, y en especial en Toscana, las cosas son muy diferentes. Hoy, por ejemplo, fui a almorzar junto al mar, en Cinquale, ¡y parecía plena primavera!
20 grados, cielo despejado, sol que calentaba sin quemar. Comimos al aire libre, sin necesidad de estufas, abrigos ni mantas. Solo el placer de la brisa marina y una vista de postal. Frente a nosotros, las Cinque Terre parecían pintadas; a nuestras espaldas, los Alpes Apuanos con sus perfiles nítidos; y alrededor, la costa de Versilia disfrutando de este día de pura belleza.
Un verdadero espectáculo para los ojos, pero también para el paladar: un excelente almuerzo en un restaurante encantador en el Bagno Solemar. Una experiencia que resume perfectamente lo que el invierno en esta parte de Italia puede ofrecer: paseos relajantes, paisajes increíbles y paradas deliciosas.
¿Y mañana? Bueno, quién sabe... ¡La Toscana siempre logra sorprender!
Entonces me pregunto: ¿por qué esperar al verano cuando ahora todo es perfecto? Carreteras tranquilas, temperaturas ideales para pedalear sin sudar y esa luz clara que en verano a menudo soñamos.
Espero que algunos de vosotros empiecen a cambiar de idea. La Toscana os espera, incluso ahora. Y creedme, ¡no os arrepentiréis!
Nos vemos pronto sobre la bici,
Paolo