Hay una Andalucía que huele a libertad, a brisa del océano y a caminos de tierra que atraviesan olivares y reservas naturales. Es la Andalucía que descubrirás pedaleando con nosotros: un viaje gravel inolvidable, un bucle que comienza y termina en Sevilla, pasando por lugares que guardan la esencia más auténtica del sur de España.
Ocho días de aventura y descubrimiento, con el equilibrio justo entre esfuerzo y placer. No solo se trata de acumular kilómetros, sino de saborear cada experiencia, desde pedalear por la orilla del Atlántico hasta degustar un jerez en una bodega histórica.
¿Qué te espera?
Partiremos desde Sevilla, vibrante capital andaluza, hacia El Rocío, un pueblo detenido en el tiempo, con calles de arena y caballos atados frente a las tabernas.
Luego, bajaremos hacia el océano para vivir una etapa que no olvidarás jamás: 40 km por la playa, pedaleando por la orilla firme durante la marea baja, con el sonido de las olas y la brisa salada como compañeras de viaje.
Llegaremos a Sanlúcar de Barrameda, famosa por su manzanilla y las tapas frente al mar, antes de continuar hacia Cádiz, una de las ciudades más antiguas de Europa, con su centro histórico vibrante y atardeceres inolvidables sobre el puerto.
Desde allí, pedalearemos hacia el interior para alcanzar Jerez de la Frontera, tierra de vinos y flamenco, y finalmente cerraremos el bucle regresando a Sevilla.
Pero el viaje no termina con la última pedalada: pasaremos dos noches en Sevilla para disfrutar la ciudad sin prisas. Recorreremos la Catedral y el Alcázar, nos perderemos por las callejuelas del Barrio de Santa Cruz, degustaremos lo mejor de la gastronomía andaluza y, por la noche, nos emocionaremos con un espectáculo de flamenco.
Porque aquí el invierno casi no existe: las temperaturas oscilan entre 11 y 20 grados, el cielo suele estar despejado, el aire es seco y los días son perfectos para pedalear.
Sin calor, pocos turistas: solo tú, tu bici y la Andalucía más auténtica.
Nosotros nos encargamos de todo:
Transporte de equipaje
Asistencia mecánica y logística
Tracks GPS y guías locales
Alojamientos en pequeños hoteles y casas rurales
Y sobre todo… pasión por ofrecerte la mejor experiencia
Solo tienes que traer ganas de pedalear y descubrir.
Para amantes del gravel y el cicloturismo activo, pero sin obsesiones de rendimiento.
No hace falta ser profesional, solo estar acostumbrado a pasar varias horas sobre la bici y tener curiosidad por el camino, los paisajes y la compañía.
Sevilla → El Rocío
El Rocío → Sanlúcar de Barrameda (ruta por la playa)
Sanlúcar → El Puerto de Santa María → Cádiz (ferry final)
Cádiz → Jerez de la Frontera
Jerez → Utrera → Sevilla (tren o bus final)
Sevilla: visita guiada, flamenco o ruta a Carmona
Plazas limitadas – Contáctanos para más información y reservas!
Nuestra aventura comienza en Sevilla, el corazón vibrante de Andalucía. Tras el viaje y el traslado al hotel, nos instalamos en nuestras habitaciones y tenemos tiempo libre para relajarnos o dar un primer paseo por la ciudad.
Las calles animadas, las plazas llenas de vida y el aroma a tapas y jamón nos dan la bienvenida.
Quien lo desee, puede acercarse a la Catedral, subir a la Giralda o perderse por el Barrio de Santa Cruz, o simplemente sentarse en una terraza y empezar a sentir el ritmo cálido y alegre del sur.
Por la noche, nos sumergimos de lleno en la esencia cultural andaluza:
nos dirigimos al Mercado de Triana, uno de los barrios más auténticos de Sevilla, situado a orillas del río Guadalquivir. Allí nos espera un espectáculo de flamenco vibrante y emocionante, con guitarra, cante y el taconeo poderoso de los bailaores.
No es solo un espectáculo, es sentimiento puro, el alma de Andalucía que se expresa en cada nota y en cada zapateado.
Después del espectáculo, disfrutamos de una cena típica sevillana en una taberna local, con platos tradicionales como salmorejo, jamón ibérico, pescaíto frito, acompañados, quizá, por una copa de fino para celebrar el inicio de esta aventura sobre ruedas.
Regreso al hotel y primera noche en Sevilla, con los sabores y sonidos de Andalucía ya grabados en nuestra memoria.
Llegada a Sevilla y alojamiento en hotel
Tiempo libre para explorar el centro y sus monumentos
Espectáculo de flamenco en el Mercado de Triana
Cena tradicional andaluza en una taberna del barrio
Nuestra aventura comienza en Sevilla, el corazón vibrante de Andalucía, pero bastan pocos kilómetros para dejar atrás la ciudad y adentrarnos en un paisaje completamente diferente. El bullicio desaparece, y nos encontramos rodeados por la campiña andaluza, con caminos de tierra rojiza, olivares y horizontes abiertos.
El recorrido es suave y ondulado, con pistas de grava y carreteras secundarias, sin grandes subidas, ideal para calentar las piernas. Los aromas de la vegetación y el sol suave de noviembre nos acompañan en esta primera toma de contatto con la bicicleta y el entorno.
A mitad de camino, nos adentramos en el Parque Natural de Doñana, una de las reservas más importantes de Europa. Pinares, senderos arenosos y fauna salvaje se convierten en el escenario perfecto para rodar en gravel, disfrutando de la sensación de libertad absoluta.
De repente, aparece El Rocío, como si hubiésemos viajado en el tiempo. Un pueblo con calles de arena y caballos atados frente a los bares, donde parece que el reloj se ha detenido. Es famoso por la Romería del Rocío, una de las celebraciones religiosas más importantes de España.
Tras dejar las bicis, paseamos por sus calles polvorientas, y quizás nos tomemos una cerveza fría y unas tapas en uno de sus bares tradicionales. Por la noche, cena con sabores típicos andaluces y descanso, porque mañana nos espera la espectacular etapa de la playa.
Puntos Destacados de la Etapa:
Entrada al Parque Natural de Doñana
Pistas de grava rápidas entre olivares y pinares
Llegada al singular pueblo de El Rocío
Terreno: 70% grava – 30% asfalto
Dificultad: Fácil – Perfecta para empezar con buen ritmo y acostumbrarse al terreno.
Esta es la etapa que recordarás toda la vida. Una de esas experiencias únicas, pedalear por la orilla del Atlántico con las olas rompiendo a tu lado.
Salimos de El Rocío, con el suave crujir de la arena bajo las ruedas, y enseguida nos adentramos en el Parque Nacional de Doñana, uno de los espacios naturales más protegidos y salvajes de Europa. El paisaje es mágico: amplias llanuras, dunas bajas, matorrales mediterráneos, y con un poco de suerte, ciervos o flamencos nos acompañarán durante el camino.
Tras algunos kilómetros por caminos de tierra compacta, llega el momento más esperado: la playa.
Gracias a la marea baja, recorreremos casi 40 km por la orilla del océano, con el Atlántico a nuestra izquierda y las dunas a la derecha.
La arena es dura y sorprendentemente rodadora, la brisa marina refresca y el sonido de las olas será nuestra compañía constante.
Tú, tu bicicleta y el océano—libertad pura.
Al final de este tramo inolvidable, llegamos a Sanlúcar de Barrameda, ciudad conocida por su manzanilla y su cocina marinera.
Nos premiamos con unas gambas frescas y una copa bien fría de manzanilla, el vino local por excelencia.
Por la noche, respiramos la auténtica atmósfera andaluza, entre plazas animadas y bares junto al río Guadalquivir.
Puntos Destacados de la Etapa:
40 km pedaleando por la orilla del Atlántico
Recorrido por el Parque Nacional de Doñana
Llegada a Sanlúcar de Barrameda, famosa por su marisco y manzanilla
Terreno: 60% playa – 40% pistas de tierra compacta
Dificultad: Fácil, pero atención a las mareas y el viento—¡una experiencia única con la actitud adecuada!
La etapa de hoy es una mezcla perfecta de mar, pueblos pesqueros y sabores andaluces. Una jornada tranquila, donde combinamos pedaleo y travesía en barco, con la brisa atlántica siempre presente.
Salimos de Sanlúcar de Barrameda por carreteras secundarias y pistas de tierra compacta, atravesando viñedos, pinares y campos abiertos.
El recorrido es suave y ondulado, con pequeñas subidas y bajadas, ideal para rodar con calma disfrutando del paisaje y del aire marino.
Tras unos 40 km, llegamos a El Puerto de Santa María, conocido por sus bodegas de jerez y su tradición marinera.
Aquí hacemos una parada para el almuerzo, junto al río Guadalete, disfrutando de pescaíto frito, almejas o atún rojo, acompañado, por supuesto, de una copa de fino o manzanilla.
Por la tarde, la etapa se transforma:
Nos embarcaremos con nuestras bicis en el ferry, para cruzar la bahía en unos 30 minutos, rumbo a Cádiz.
Desde el agua, la vista es espectacular: la ciudad aparece como una isla flotante, con su catedral dorada, sus torres blancas y el puerto histórico recibiéndonos.
Al llegar, dejamos las bicis en el hotel y tenemos tiempo libre para recorrer Cádiz:
Sus callejuelas estrechas, las plazas llenas de vida, el Campo del Sur con las olas del Atlántico golpeando los muros.
Por la noche, más tapas y pescados frescos, y si te quedan fuerzas, un paseo al Castillo de San Sebastián, con la puesta de sol sobre el océano como broche final.
Puntos Destacados de la Etapa:
Ruta costera entre viñedos y pinares
Almuerzo en El Puerto de Santa María con mariscos y jerez
Travesía en ferry con vistas panorámicas de Cádiz
Tiempo libre para descubrir el casco histórico de Cádiz
Terreno: 70% asfalto – 30% pistas de tierra compacta
Dificultad: Fácil – Una jornada corta y variada, ideal para relajarse y empaparse del ambiente andaluz.
Después de despertar con la brisa atlántica y dar un paseo por las encantadoras calles de Cádiz, retomamos nuestra ruta dejando el mar atrás y adentrándonos hacia el interior, rumbo a Jerez de la Frontera, tierra de viñedos, bodegas y flamenco.
Salimos de Cádiz bordeando la Bahía, con los primeros kilómetros llanos y agradables, por carreteras secundarias y carriles bici.
Entramos en el Parque Natural Bahía de Cádiz, un paisaje singular de salinas y marismas, donde a menudo se pueden ver flamencos y garzas.
Cuando nos alejamos de la costa, el paisaje cambia: aparecen colinas suaves cubiertas de viñedos, origen de algunos de los vinos más célebres de España. El recorrido se vuelve ondulado, pero las subidas son suaves y llevaderas, perfectas para disfrutar del ritmo pausado de la campiña andaluza.
Tras unos 65 km, llegamos a Jerez de la Frontera, una ciudad elegante, célebre por su vino de Jerez y por ser cuna del flamenco.
Por la tarde, visitaremos una bodega histórica, para conocer los secretos del fino y amontillado, vinos con siglos de historia.
Quien quiera, puede visitar un tablao para asistir a un ensayo de flamenco, y sentir la fuerza del cante y del taconeo.
La jornada termina con una cena típica: tapas, carne a la parrilla y, por supuesto, una copa de Jerez para celebrar el día.
Recorrido junto a la Bahía de Cádiz
Paso por el Parque Natural Bahía de Cádiz – Salinas y flamencos
Viñedos y colinas suaves, corazón del jerez
Llegada a Jerez de la Frontera: visita a bodega y ambiente flamenco
Terreno: 80% asfalto – 20% tierra compacta
Dificultad: Fácil/Moderada – Distancia mayor, pero desniveles suaves y ritmo relajado.
La última etapa en bicicleta nos conduce de regreso hacia Sevilla, recorriendo la campiña andaluza, entre viñedos, olivares e invernaderos.
Salimos de Jerez con un ritmo tranquilo, disfrutando de las suaves colinas y los paisajes rurales. La ruta transcurre principalmente por carreteras asfaltadas, con algún tramo de camino de tierra, y pequeñas subidas que se superan sin dificultad, ideales para saborear los últimos kilómetros del viaje.
Llegamos a Los Palacios y Villafranca, un pequeño pueblo agrícola conocido por su producción hortícola y su ambiente sencillo y auténtico.
Aquí termina nuestra ruta en bicicleta, y subimos a un autobús privado que nos llevará de vuelta a Sevilla en unos 30 minutos.
Ya en Sevilla, tenemos la tarde libre para pasear por la ciudad, visitar monumentos, hacer compras o simplemente relajarnos con tapas y una cerveza fresca.
Por la noche, quien lo desee puede reunirse para brindar por el viaje o asistir a un último espectáculo de flamenco, poniendo el broche de oro a esta gran aventura.
Ruta por la campiña andaluza: olivares, viñedos e invernaderos
Llegada a Los Palacios y Villafranca, típico pueblo agrícola
Transfer en autobús privado hasta Sevilla
Tarde libre en Sevilla para pasear, visitar o tapear
Terreno: 80% asfalto – 20% tierra compacta
Dificultad: Fácil – Etapa sencilla y rodadora, perfecta para cerrar el viaje con buen sabor de boca.
El último día está pensado para que cada uno lo disfrute a su manera, eligiendo cómo poner el broche final a esta aventura andaluza.
Para quienes prefieren relajarse y aprovechar la ciudad, es el momento perfecto para recorrer el centro histórico.
Visitamos la Catedral, subimos a la Giralda y paseamos por el Alcázar y el Barrio de Santa Cruz, o simplemente nos sentamos en una terraza a disfrutar de unas tapas y un café.
También hay tiempo para compras, por si queremos llevarnos un recuerdo de Andalucía.
Para los que todavía quieren pedalear, proponemos una última salida en bicicleta a Carmona, de unos 80 km ida y vuelta, por un recorrido suave y agradable entre campos y olivares.
Nos acompaña un guía local en bici, que nos llevará hasta Carmona, un pueblo histórico situado en una colina, con vistas impresionantes sobre la campiña.
Habrá tiempo para visitar el centro y tomar un café antes de regresar a Sevilla.
Por la noche, nos reunimos para celebrar juntos el final del viaje, con una cena especial en un restaurante con vistas panorámicas sobre Sevilla.
Un menú andaluz refinado y sabroso será el acompañamiento perfecto para nuestro último brindis, recordando las pedaladas, las risate y los paisajes que nos han acompañado en esta aventura.
Mañana libre: visita del centro de Sevilla o ruta guiada en bici a Carmona (80 km ida y vuelta)
Recorrido por la Catedral, Giralda, Alcázar y Barrio de Santa Cruz
Ruta en bici por la campiña andaluza y visita de Carmona
Cena final con vistas panorámicas sobre Sevilla
Después de una semana intensa de pedaleos, experiencias y buenos momentos compartidos, llega el momento de despedirnos.
Nos reunimos para un desayuno tranquilo, donde compartimos las últimas anécdotas y risas.
Mientras recordamos las pedaladas por la playa, los aromas de las bodegas, las noches de flamenco y los paisajes andaluces, nos damos cuenta de que nos llevamos mucho más que kilómetros en las piernas: nos llevamos recuerdos que quedarán siempre con nosotros.
Tras el desayuno y las despedidas con la ilusión de reencontrarnos pronto para una nueva aventura sobre dos ruedas.
Desayuno juntos y repaso de la aventura
Despedida de los compañeros de viaje
Regreso a los destinos de origen
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